El fraude de Wirecard

En los últimos días hemos asistido a un nuevo fraude contable que posiblemente se lleve por delante una de las treinta mayores empresas cotizadas de Alemania. Su nombre es Wirecard AG y hasta hace bien poco era el ejemplo europeo de empresa tecnológica.

La semana pasada sus acciones se desplomaron un 86% en cuanto salieron noticias de que la empresa auditora pedía una prórroga para presentar las cuentas. En concreto, no se “encontraban” 2.000 millones de euros que supuestamente estaban en una cuenta bancaria y que quizá nunca existieron. Ante semejante “pérdida”, el CEO de la empresa Markus Braun dimitía y hoy mismo ha sido detenido por la policía germana.

Por cierto, no ha sido el regulador el que ha destapado este fraude, sino los periodistas y los especuladores que llevaban tiempo denunciando irregularidades en la contabilidad de la empresa. Aún así, había gestores en el mundo que apostaban fuertemente por la empresa. Entre ellos, el fondo de inversión Alken European Opportunities y el Alken Small Cap Europe, donde Wirecard ponderaba cerca del 10% de sus activos antes del desplome. Y ojo, no estamos hablando de fondos pequeños, sino de fondos con casi 1.000 millones de euros bajo gestión.

Por supuesto, también hay fondos de inversión españoles afectados por este fraude, aunque con menor intensidad que sus compañeros alemanes. Entre otros, el fondo Adriza Global de Tressis Gestión, varios fondos de Gescooperativo (la gestora de Caja Rural), y el Ibercaja Tecnológico.

Desde Pentainvest siempre abogamos por la diversificación global invirtiendo en más de 3.000 acciones diferentes, para que casos como este no afecten al valor de nuestros ahorros. Es tremendamente difícil saber que compañías se comportarán mejor que el resto, y diversos estudios avalan esta tesis. Y a su vez vemos cómo periódicamente asistimos a casos donde los balances y cuentas de resultados, la materia prima de los analistas, han sido manipulados con consecuencias nefastas para el patrimonio de los inversores.